STEFAN ZWEIG
FOUCHE EL GENIO TENEBROSO (689)
PORRUA CIA
Páginas: 208
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 970076335-8
Encuadernación: TAPA SUAVE
Año de edición: 2012
Colección: SEPAN CUANTOS
Stefan Zweig encontró tan interesante la figura de José Fouché, que realiza esta biografía sobre un personaje que él mismo calificó de moral. Es así como esta historia disiente de las biografías heroicas, las cuales pese a ser útiles para ampliar el alma, aumentar la fuerza y elevar el espíritu, albergan el peligro de falsificar la Historia. Este autor dice que no siempre han decidido el destino del mundo los estadistas, por lo que hace un análisis sobre el hombre más desdeñado e injuriado de la Revolución y de la época imperial. Para Zweig, Fouché fue un genio singular, el único ministro que tuvo Napoleón, el más perfecto maquiavélico de la época moderna, y uno de los hombres más poderosos de su época.
ÍNDICE
Capítulo I. Ascenso (1759-1793)
Capítulo II. El ´´Mitrailleur de lyon´´ (1793)
Capítulo III. El duelo con Robespierre (1794)
Capítulo IV. Ministro del directorio y del consulado (1799-1802)
Capítulo V. Ministro del emperador (1804-1811)
Capítulo VI. La lucha contra el emperador (1810)
Capítulo VII. ´´ Intermezzo ´´ Involuntario (1810-1815)
Capítulo Vlll. La lucha final contra Napoleón (1815, los cien días )
Capítulo IX. Caída y Muerte (1815-1820)
Stefan Zweig
Stefan Zweig. Escritor austriaco de lengua alemana, es joven todavía; cronológicamente joven, pues está en la cuarentena, y joven sobre todo en sus esencias, que conservan vital el poder creador. Pero, con toda su juventud de años y de obras, yo no me atrevería a llamar a Zweig joven literato ni a sus creaciones eso que dicen hoy joven literatura.
Encuentro en él y en sus libros demasiada preocupación humana y un sentido trágico y cósmico demasiado terrenal, una humanidad -amor del hombre y profunda simpatía con su destino, gozo de sus goces y tortura de sus sufrimientos- demasiado honda y entrañada, una entrega demasiado íntegra y compadeciente a sus criaturas, para poder clasificarlo- algunos lo han hecho, por eso para aquí en ello la atención -entre los representantes de literatura joven: Zweig es un apasionado; sus libros, los de creación- los que las preceptivas llaman de ficción, como si hubiese nada más real y viviente que estas criaturas-, como los de crítica, son todos pasión hecha carne, amor encarnado.
Zweig escribe como el hombre procrea, gozando y sufriendo: amando, Tiene mucho más de dionisíaco que de-apolíneo. Y el corazón manda a sus hijos más riego de sangre tumultuosa que el cerebro ideas frías y expectantes. No sé; pero me parece que en su ascendencia espiritual hay más herencia de Sils María que del severo templo de Weimar. Pues en él el arte no enajena de la vida ni se para en sus formas augustas y eternas, sino que adentra en ella, en su tuétano y recoge todas sus humanas palpitaciones. La vida es clave y sustancia de su arte.
Nuestro autor es de esa generación a quien la guerra sorprendió con treinta año a la espalda y su vida ya cimentada sobre el mundo de ideas y sentimientos que el 14 truncó. Y él mismo ha dicho una vez que los hombres de su tiempo jamás podrían sobreponerse a la sensación de una vida dual, segmentada en un Antes y un Después... En aquel blance autobiográfico, estos dos hemisferios vitales aparecen presididos por leyes dispares, pero conjugados en armónica unidad para formar el destino del escritor y su obra.
Vienés de nacimiento, la primea mocedad de Zweig se formó bajo el aire suave y fácil, dulcemente musical, de Viena. Para su espíritu sensible y sensual estaba trazado por el índice de la ciudad cálida del destino del poeta.